29-3-2021 / La Encuesta de Servicios Municipales del Ayuntamiento de Barcelona revela que la pandemia ha hecho crecer el desencanto de vivir en la ciudad hasta el punto que crece hasta el 30% el número de ciudadanos que optaría, si pudiera, por vivir fuera de Barcelona.
A esto se suma que la satisfacción de vivir en Barcelona, un indicador muy estable situado siempre en el notable, cae cuatro décimas y con un 7,3 registra la peor nota desde 1995.
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La encuesta revela una pérdida de atractivo de Barcelona hacia sus residentes tradicionales cuando se pregunta sobre el lugar de residencia preferido. Tres de cada diez entrevistados marcharían a vivir fuera de Barcelona si pudieran hacerlo.
Un porcentaje que en 2017 era del 15,5% y que llega este año a su máximo histórico. El aumento de la voluntad de irse de la ciudad, atribuible al cuestionamiento del modelo urbano en tiempo de confinamiento y de restricciones de movilidad, afecta a todas las clases sociales por igual y se extiende entre todas las edades, siendo especialmente amplio entre la población adulta, entre los 35 y los 55 años.
Además, estas tendencias no son únicas de Barcelona y así otras ciudades españolas, europeas y de los Estados Unidos están registrando cambios en las decisiones residenciales.
La Encuesta de Servicios Municipales es la principal herramienta demoscópica del Ayuntamiento de Barcelona que, desde 1985, recoge la opinión de la ciudadanía de aspectos relevantes de la ciudad y del barrio, así como de la gestión municipal. En concreto, entrevistan presencialmente en el hogar más de 6.000 ciudadanos de más de 18 años. En esta edición la encuesta está claramente marcada por el contexto de la Covid-19 y por la crisis que ha generado en todos los niveles, sanitario, social, económico, emocional, e incluso de cuestionamiento del modelo urbano.
De la edición 2020 hay otra variable importante a tener en cuenta. El trabajo de campo se ha tenido que retrasar hasta el otoño por la pandemia y las entrevistas han coincidido en el tiempo con hechos significativos y que intervienen en el estado de opinión de la ciudadanía, como el estado de alarma decretado en octubre y el inicio de nuevas restricciones.
Además, la anterior edición, la de 2019, se adelantó al tratarse de un año electoral. Por tanto, entre las dos muestras han pasado veintiún un meses en lugar de los doce habituales, marcados claramente por la crisis de la Covid-19 y un contexto pesimista que se deja ver en la tendencia negativa de los principales indicadores.
La gestión municipal, aprobada
La ciudadanía avala la gestión del Ayuntamiento de Barcelona y la valora con una nota de un 5,7. La mayoría de la ciudadanía aprueba la gestión del Ayuntamiento y además lo hace precisamente por su acción política. La encuesta, sin embargo, evidencia un cierto desgaste respecto a la puntuación del año pasado, un 6,2 (en 2018 fue de 6,6), nota máxima de la serie histórica. Aprueban la gestión municipal el 74,8% de los entrevistados y la suspenden el 23,4%
La inseguridad, principal problema de los barceloneses
En cuanto a los principales problemas de la ciudad la inseguridad se mantiene como el principal problema de Barcelona con un 17,7% de las respuestas, seguida del acceso a la vivienda con un 7,6% de las respuestas.ç
La irrupción del Covid-19, que como problema de ciudad recoge un 7,5% de las respuestas. Se incrementan los ciudadanos que mencionan aspectos económicos como el paro o las problemáticas económicas así como la limpieza y, en cambio, disminuyen las respuestas asociadas a la circulación, el medio ambiente o las referencias al turismo como problema.
Empeora la opinión sobre la evolución de la ciudad
La encuesta confirma la tendencia negativa sobre la percepción que tiene la ciudadanía sobre la evolución de la ciudad. Sólo un 22,4% creen que ha mejorado, un 14,3% que está igual y un 59,2% cree que la ciudad ha empeorado en el último año.
Buena nota para los servicios municipales
De los 26 servicios municipales evaluados, mayoritariamente la ciudadanía les otorga buena nota y sólo suspende, como siempre, el aparcamiento con un 4. Nuevos servicios obtienen una nota de notable, siendo los bomberos (8,2) y las bibliotecas (7,7 ) las mejor valoradas. Siguen los mercados municipales y los centros cívicos, puntuados con un 7,4. También los transportes públicos de la ciudad, excepto el Bicing, son valorados con un notable: 7,3 para el tranvía, 7,1 para el autobús y 7,0 para el metro.
Otros servicios que obtienen un notable son la recogida de basuras (7,1) y las actividades culturales (7,0). Muy cerca, con un 6,9, el alumbrado público y las fiestas populares. En total, doce servicios se sitúan entre el 6 y el 7, entre ellos la limpieza de calles y la Guardia Urbana con un 6,1.