Barcelona 24-5-2019 / Emocionado, me dirijo hoy a los barceloneses, último día de la campaña de las elecciones a la Alcaldía de Barcelona. Emocionado por la oportunidad que he tenido de establecer un contacto muy directo con los ciudadanos de Barcelona durante nueve meses. Ha sido una experiencia inmensamente gratificante y un privilegio haberla podido vivir.
Es la mejor experiencia que puede tener un hijo de Barcelona. En mi caso, un hijo de Horta.
Hoy tengo todavía una oportunidad – y también una obligación moral – para recordar la importancia extraordinaria de las elecciones que se celebrarán pasado mañana, el domingo.
Son unas elecciones excepcionales, las elecciones municipales más importantes de la Democracia.
Sobre esto hay una gran unanimidad. Pero es necesario, es imperativo, advertir que para los populistas y los independentistas estas elecciones son importantes por las razones equivocadas.
Porque lo que pretenden es poner la ciudad al servicio de causas que no son las propias de una capital europea moderna, competitiva e influyente.
Unos y otros lo han admitido y lo han dicho repetidamente durante esta campaña. Su objetivo último no es Barcelona.
El señor Torra, que ocupa vicariamente la Presidencia de la Generalitat, se ha atrevido a menospreciar el nombre de Barcelona diciendo, en un ejercicio insuperable de demagogia partidista, que ya no era la capital de Cataluña.
Para ellos, Barcelona es un instrumento, es una moneda de cambio … En realidad no la quieren, la temen y la ven como un peligro porque es una ciudad abierta y tolerante.
Estas elecciones son importantes porque estamos debatiendo exactamente lo mismo que se está debatiendo en Europa. Ahora, estas mismas semanas.
Es el gran debate de Europa. La confrontación entre nuestras democracias representativas y los populismos y los nacionalismos excluyentes y xenófobos.
Es la confrontación que se está viviendo en el Reino Unido, un país que no encuentra la manera de salir del desastre que le ha traído el Brexit.ç
Es la misma pulsión, la pulsión de la simplificación populista y la tentación del “nosotros solos” que inspira aquí a los independentistas. Una pulsión que ataca al corazón mismo de la convivencia europea.
En pocas horas, Barcelona puede esquivar estos peligros. El domingo, Barcelona puede superar la oscuridad de la etapa Colau. Y puede hacerlo sin necesidad de regresar a un pasado ya superado, puede hacerlo afrontando su futuro con nuevas ideas y un nuevo empuje.
Esta encrucijada es tan decisiva que tenemos que recordar una vez más que el futuro de una ciudad como Barcelona no se puede reducir a un choque entre partidos o ideologías.
Barcelona, muy especialmente en las circunstancias actuales, exige actitudes abiertas y responsables que puedan conducir a grandes acuerdos.
Creo firmemente que esto es lo que los barceloneses reclaman de los políticos responsables de afrontar sus problemas.
Es nuestra propuesta. Sabremos cómo hacerlo.
Hoy quiero reiterar con toda solemnidad mi compromiso con Barcelona. Es un compromiso que va más allá de los 12 compromisos concretos que he expuesto durante esta campaña.
Es el compromiso personal y político de un servidor público que propone liderar el cambio que Barcelona necesita.
Manuel Valls, candidato a la alcaldía de Barcelona por Barcelona pel Canvi – Ciutadans