17-9-2024 / El Gobierno municipal de Barcelona tiene intención de limitar y adecentar los puestos de estacionamientos de los autocares turísticos, especialmente en el centro de la ciudad, para minimizar las externalidades negativas que genera una concentración excesiva de estos vehículos en determinadas zonas y franjas horarias.
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El proyecto Zona Bus 4.0 forma parte de la Medida de Gobierno para la Gestión Turística que presentará el Gobierno municipal en la próxima Comisión de Economía y Hacienda, y que servirá igualmente para blindar el Plan de gestión de los Espacios de Gran Afluencia (EGA) que se ha puesto en marcha este verano y que por primera vez aglutina la gestión turística en un único modelo de ciudad que contempla todos los aspectos relacionados con la economía del visitante.
En cuanto a los autocares turísticos, aunque de momento sólo es un proyecto que habrá que desarrollar con las nuevas ordenanzas fiscales y por tanto trabajar con el resto de grupos políticos y el conjunto de operadores y empresas que trabajan en este sector, la intención del Gobierno municipal es que, de media, se cuadrupliquen los precios que pagan estos vehículos al pasar de unos 20 euros diarios actualmente a unos 80.
En 2023 se produjeron en la ciudad más de 156.000 operaciones de este tipo en las 222 plazas habilitadas, unas 69.000 de acolchamiento o desencoche y las 87.000 restantes de estacionamiento. Esto supuso unos ingresos cercanos al millón de euros para las arcas municipales, cifra que podría incrementarse hasta más de 4 millones de euros.
Con el nuevo modelo, que estima que el próximo año en total circularán unos 70.000 autocares por las calles de la ciudad, el Ayuntamiento quiere reducir el número de plazas en la zona céntrica de la ciudad, apostar por la puesta en marcha de plazas en las entradas de Barcelona y utilizar la tecnología para poder prever y ordenar los flujos de visitantes y así limitar su impacto.
«A día de hoy un turista que se queda a dormir en la ciudad de Barcelona paga unos 7 euros, mientras que una persona que visita la ciudad todo el día paga sólo 0,5 céntimos aunque también hace un uso intensivo del espacio público», ha explicado el teniente de alcaldía de Economía, Hacienda, Promoción Económica y Turismo, Jordi Valls.
La Medida de Gobierno para la Gestión Turística que se ha presentado este martes, sin embargo, va mucho más allá, dado que aglutina 12 ámbitos estratégicos y 55 acciones concretas a realizar, cada una de ellas con un marco temporal definido y un presupuesto asignado que en total suma unos 254,7 millones de euros que se invertirán hasta el 2027.
12 ámbitos de gestión
La intención es que por primera vez la ciudad cuente con una visión holística en cuanto a la gestión del turismo y se tengan en cuenta todos los aspectos relacionados con ellos. Por este motivo, los 12 ámbitos de gestión que se recogen son los siguientes: gestión de los espacios urbanos; fiscalidad y financiación; movilidad interna; alojamiento; convivencia, seguridad y prevención; sostenibilidad y resiliencia; digitalización e innovación; desarrollo económico y retorno económico; estrategia territorial y oferta turística; promoción, comunicación y acogida; conocimiento; y comunidad y gobernanza.
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Dentro de estos ámbitos, y fijándose en las 55 medidas concretas, más allá de la implementación de la Zona Bus 4.0 o la gestión de los Espacios de Gran Afluencia (EGA), el Ayuntamiento prevé continuar y reforzar la lucha contra las viviendas turísticas ilegales gracias a la aprobación por parte del Parlamento Europeo de la obligatoriedad de que las plataformas que comercializan este tipo de viviendas tengan que compartir información con las autoridades.
En un contexto en el que por primera vez el sector turístico y los poderes públicos están alineados en que hay que abrir una nueva etapa después de tres décadas de política focalizada en la promoción y la captación de visitantes, el consistorio quiere revisar la misión, objetivos y actividades del Consorci de Turisme de Barcelona.
Contexto turístico
La aprobación de esta Medida de Gobierno para la Gestión Turística llega en un momento en que el sector registra cifras récord de retorno económico a la ciudad sin que se haya superado la cifra total de visitantes que se alcanzó en 2019.
Es decir, la economía del visitante mantiene actualmente unas 150.000 personas ocupadas y casi el 30% del gasto que se hace en la ciudad con tarjetas de crédito son de titularidad extranjera, dos situaciones que el Ayuntamiento quiere consolidar garantizando que el turismo no genera externalidades negativas ni densidades demasiado elevadas en determinadas zonas, a la vez que continúa con la mejora de las condiciones laborales del sector.
De ahí que la gestión del turismo sea una de las prioridades del consistorio en el presente mandato, como demuestra tanto el Plan de gestión de los EGA puesto en marcha esta misma campaña turística en la Sagrada Familia, el Park Güell y el Mercado de la Boqueria – La Gardunya o bien la presente Medida de Gobierno.
Todo ello responde a la idea de que, en un contexto en el que desde 1990 se ha pasado de 1,7 millones de turistas durmiendo en hoteles de la ciudad a los 12 millones actuales, es necesario que la política turística se oriente no sólo a la demanda y la captación de visitantes, sino también a la gestión de la oferta.
De hecho, las cifras más recientes estiman que cada día, de media, hay 170.000 turistas en la ciudad, porque al volumen de pernoctaciones habría que sumar los 10 millones de turistas que se calcula que pasan por Barcelona aunque tienen su alojamiento fuera de la ciudad o son cruceristas en tráfico (1,6 millones de personas de los 3,6 millones de pasajeros registrados en 2023). Esta presencia de visitantes, sin embargo, es muy desigual en el territorio y mientras en el distrito de Ciutat Vella hay una densidad diaria de 14.200 turistas por kilómetro cuadrado y en el Eixample de unos 6.500, en Nou Barris o Sant Andreu la cifra se encuentra en el alrededor de los 100.
En resumen, Barcelona ha sido históricamente una ciudad pionera en la adopción de medidas para esta gestión turística, como el PEUAT, pero es ahora que cuenta con una hoja de ruta completa, con una visión de 360 grados, para actuar de forma transversal en el conjunto de la política municipal.
Los retos identificados, al fin y al cabo, pasan por hacer del sector turístico algo sostenible y perdurable en el tiempo, minimizando las externalidades negativas que se puedan producir y favoreciendo una convivencia positiva y respetuosa entre los visitantes y la ciudad.