4-8-2025 / El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha encabezado el pasado sábado la puesta en marcha del nuevo carril por autobuses de entrada a Barcelona de la B-23, que ha entrado en funcionamiento.
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La obra, que comenzó en la primavera de 2023, ha abarcado un tramo de 7 kilómetros de la B-23, entre la conexión con la A-2 en Sant Feliu de Llobregat y la intersección de la avenida Diagonal con la avenida Albert Bastardas, en Barcelona. En esta vía, la Generalitat pretende favorecer la circulación de los autobuses interurbanos y mejorar su velocidad comercial y, de esta forma, incentivar el uso del transporte público.
«Esta infraestructura es una apuesta por el transporte público y por la movilidad sostenible», ha señalado Illa, en la medida en que el nuevo carril por autobuses «da prioridad al transporte colectivo para poder llegar a Barcelona, con ganancias de tiempo y de eficiencia». En este sentido, el nuevo carril permitirá reducir el tiempo de trayecto hasta 15 minutos, en un corredor muy transitado.
La B-23 registra en este entorno una intensidad de tráfico de cerca de 100.000 vehículos diarios y es uno de los principales corredores de acceso a Barcelona en autobús; circulan un alto número de líneas de bus interurbanas.
Por este acceso a Barcelona pasan a diario más de 700 expediciones de bus que se verán beneficiadas por el futuro carril bus, con alrededor de 4 millones de pasajeros anuales. El objetivo del nuevo carril es reducir en hasta 15 minutos el tiempo de recorrido de los buses interurbanos con origen Baix Llobregat, Bages, Vallès y Anoia.
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Esta actuación se enmarca en la estrategia del Govern de reducir la circulación de vehículos privados en el área metropolitana de Barcelona mediante la mejora de la competitividad del transporte público. Además de favorecer la circulación de los autobuses interurbanos, el nuevo carril bus permitirá potenciar la intermodalidad con otros modos de transporte como tranvía, metro u otras redes de bus urbanas.
Así, contribuirá a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la mejora de la calidad del aire; se calcula que la actuación permitirá ahorrar en emisiones 34 toneladas de CO2 anuales.
La obra ha consistido en la formación de un carril exclusivo para el autobús en sentido Barcelona aprovechando parte del espacio de la media de la B-23. El nuevo carril tiene 3,5 metros de ancho y se sitúa a la izquierda de los carriles de circulación sentido Barcelona, con los que estará separado mediante señalización horizontal. El número de carriles de circulación –dos o tres, según el tramo– y su anchura se han mantenido. Los autobuses pueden acceder a ellos en cualquier punto a lo largo del recorrido.
Acuerdo entre la Generalitat y el Estado
Los trabajos han supuesto una inversión total de 20,8 millones de euros, que ha contado con financiación europea, y el presidente lo ha reivindicado como un ejemplo más de «colaboración institucional» entre el gobierno de España, la Unión Europea y la Generalitat, «y todo en diálogo con el mundo municipal, que reivindicaba desde hace mucho tiempo una mejora de este tipo».
En este sentido, la actuación se enmarca en un acuerdo entre la Generalitat y el Estado, titular de la B-23, para la ejecución y financiación de la obra. La Generalitat ha ejecutado la obra, financiada por parte del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible a través de los fondos Next Generation de la UE. El traspaso del Estado a la Generalidad de la infraestructura se materializará formalmente durante este otoño.