15-5-2025 / El cambio climático, cuyos impactos tienen una incidencia intensa en el territorio metropolitano, está provocando que las proyecciones climáticas de cara a finales del siglo XXI sean más pesimistas que las que se hicieron hace apenas una década.
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Ante estos datos, es necesario adaptarse a los impactos climáticos. Además de las soluciones preventivas, como la renaturalización de las ciudades, la presencia de equipamientos preparados para reducir los riesgos asociados a altas temperaturas es clave.
Cabe recordar que, en general, las personas mayores, niños, mujeres embarazadas y algunos enfermos sufren con especial gravedad los efectos del calor. Según el índice de vulnerabilidad al cambio climático (IVAC), calculado por el AMB, unas 526.000 personas del área metropolitana de Barcelona (un 16% de la población) son especialmente vulnerables al calor y se concentran en 9 municipios.
Una de las soluciones más notorias es la red metropolitana de refugios climáticos (XMRC) que agrupa instalaciones que habitualmente tienen otra función y que de forma excepcional ofrecen confort en períodos de temperaturas elevadas, sea mediante climatización o con métodos naturales como la presencia de vegetación.
Este año, con el levantamiento de las restricciones por sequía, cobra especial importancia la presencia de agua (lagos, estanques y fuentes) en los refugios exteriores, como un mecanismo más para controlar las altas temperaturas.
Los tipos de refugios que integran esta red son equipamientos municipales (bibliotecas, centros cívicos, centros de mayores, mercados, museos, polideportivos, etc.), parques (de gestión metropolitana o municipal) y piscinas públicas.

58 nuevos espacios
Durante el año 2025, se prevé incorporar a la XMRC 58 nuevos espacios con las condiciones adecuadas. Sumados a los ya existentes, la red contará con un total de 244 refugios climáticos (71 parques, 151 equipamientos y 22 piscinas), que estarán activos durante los meses de mayor calor en 31 municipios metropolitanos.
Los refugios de la XMRC darán cobertura a 1.271.708 personas, el 80,5% de la población de los municipios que integran la red: esto significa que estas personas tienen un refugio a menos de 10 minutos a pie desde su casa.
En cuanto a la población más vulnerable (la que tiene un valor en el IVAC de entre 47 y 61), el porcentaje de cobertura se eleva hasta el 82,5% en todo el territorio metropolitano. Estos datos no incluyen la red propia de Barcelona, que cubre el 97% de su población, con unos 390 espacios de refugio climático de los mismos tipos que el resto de municipios metropolitanos.
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El crecimiento de la XMRC supone un aumento del 31% respecto al año pasado, y de un 69% respecto al 2023.
Guille López, consejero delegado de Acción Climática del AMB, manifiesta que «desgraciadamente no todo el mundo puede pagarse unas vacaciones o disponer de aire acondicionado durante los meses más calurosos del año. Por eso es necesaria la red de refugios climáticos como servicio básico para la ciudadanía».

Actividades asociadas a los refugios climáticos
Aparte de su función principal (ofrecer temperaturas más bajas en la época de más calor), la XMRC también tiene actividades asociadas, dirigidas especialmente a la población más vulnerable, como son las personas mayores, los niños, las mujeres embarazadas y algunos enfermos:
1.- A través del convenio que tiene el AMB con el Servicio Local de Teleasistencia (SLT) de la Diputación de Barcelona, se ofrecen talleres en cada municipio, que pueden llegar a 300 personas vulnerables. Se explica qué es el SLT y qué servicios ofrece; qué es el cambio climático y qué impactos provoca; qué son las olas de calor y qué podemos hacer para hacer frente, y cuáles son los refugios climáticos de cada municipio y dónde se ubican.
2.- Se imparten sesiones de formación a prescriptores de los equipamientos que funcionan como refugio, como el personal de atención de bibliotecas, casales y piscinas, profesionales que hacen posible el buen funcionamiento de la XMRC.
3.- Se realizan diferentes actividades de dinamización impartidas por el personal del programa metropolitano de educación para la sostenibilidad Compartimos un Futuro, especialmente centradas en aspectos de salud y cambio climático.
4.- La información está disponible en la web del AMB e incluye los teléfonos y direcciones web de los diferentes equipamientos para consultar los horarios de apertura y los períodos de cierre, desde el 1 de junio hasta el 30 de septiembre.
Con estas medidas el AMB y los ayuntamientos metropolitanos pretenden reforzar el servicio público que ofrecen los refugios climáticos y seguir trabajando en la mejora continua de estos espacios.
El AMB también participa en varios proyectos europeos que estudian cómo deben adaptarse estos equipamientos para hacer frente a nuevos retos, como el de poder ofrecer refugio por la noche o prestar especial atención a las personas sin hogar.
Las proyecciones sobre el clima empeoran
Por ahora, todas las previsiones muestran una tendencia clara al aumento de las temperaturas máximas y mínimas. A mediados de siglo, se prevén incrementos de hasta 3 °C, y hacia finales de siglo el aumento podría llegar a ser de casi 4 °C si no se aceleran los cambios en las políticas públicas, la actuación de las empresas y los hábitos ciudadanos para alcanzar los compromisos del Acuerdo de París.
Este calentamiento tiene múltiples consecuencias, todas perjudiciales para el territorio y para la salud y la calidad de vida de las personas que lo habitan. Destacan las siguientes:
1.- Aumento exponencial de los días de calor (> 30 °C) y de calor extremo (> 35 °C).
2.- Multiplicación de las noches tropicales (> 20 °C de mínima), tórridas (> 25 °C) e incluso aparición de noches al rojo vivo (> 30 °C).
3.- Oleadas de calor más frecuentes (más de cuatro cada año), duraderas (hasta 19 días) e intensas, con impactos directos en la salud, las infraestructuras y la planificación urbana.
El incumplimiento global de los acuerdos de París sobre el clima acerca el territorio metropolitano a temperaturas mucho más elevadas que las previstas en 2015, tal y como muestran los últimos estudios de proyección climática en los que ha participado el AMB.